jueves, 10 de diciembre de 2009

La Nueva Grámatica



Hoy sucedió algo digno de reconocerse, que dejará huella en 23 países y que pone al idioma español, a la cabeza de las lenguas modernas. Seguramente deberá poner a estudiar a los maestros de primaria: Es lo que ya se conoce en la jerga jurídica como “La nueva gramática”.


Hace más de 6 siglos, en 1492 Antonio de Nebrija inició una nueva disciplina con la publicación de la primera gramática de la lengua española, que contiene las normas que rigen el idioma originado en Castilla hoy conocido como Español.

Hoy precisamente, 9 de diciembre del 2009, José Manuel Bleca e Ignacio Bosque marcan la historia, al publicar el nuevo “mapa” de la lengua española planteando una obra "polifónica" y "coral", que ha sido calificada internacionalmente como una "hazaña monumental".

Hace 11 años, los expertos decidieron actualizar la última gramática de la lengua, que databa de 1931, y tras trabajo arduo coordinado a ambas orillas del océano Atlántico, ahora presentan los primeros tomos de una obra preparada por la Real Academia Española y la asociación de las 22 Academias de la Lengua Española que integra a todos los países que hablan el idioma de Cervantes.

Según los expertos, lo que aporta la nueva obra es un cambio en la visión de la gramática con un acento no en la normativa (lo que está "bien" y lo que está "mal") del idioma, como ocurría con la de 1931, sino en la descripción de los modos en que se usa la lengua en todo el contexto hispanohablante.

La de 1931 partía de la base de que la gramática era el arte de hablar correctamente, y sólo daba explicaciones para aclarar las normas. Esto se traducía en una visión muy imperfecta, muy incompleta de la naturaleza de la lengua española.

La “nueva gramática” tiene una particularidad y es el hecho de que no es una gramática que nos manda España a los países hispanoamericanos. Ha sido una gramática completamente consensuada por todas las Academias de la Lengua Española.

Este documento se convierte hoy en un instrumento de conocimiento fundamental y consulta obligada para todos los Ministros, Magistrados, Jueces e intérpretes de las normas, y por supuesto de los doctrinarios del derecho, pues recordemos que ninguna interpretación de las normas puede arribar a conclusiones correctas si no partimos del significado o idea que se atribuye a cada palabra que integran las normas.

Ninguna disciplina guarda mas importancia para la argumentación e interpretación jurídica, que la gramática.

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